Hermila García Quiñones, la primera mujer mexicana en convertirse en jefa de la policía, fue asesinada el pasado lunes por un grupo de hombres armados cuando se dirigía en coche a su puesto de trabajo, sola y sin escolta. Hermila, de 38 años, llevaba apenas un mes y medio ocupando el cargo de directora de Seguridad Pública del municipio de Meoqui, a unos 70 kilómetros al sur de Chihuahua.
El portavoz de la Fiscalía General de Chihuahua, Carlos González, ha informado de que García Quiñones murió acribillada a primera hora de la mañana del lunes hora local, unos cinco minutos después de haber salido de su casa rumbo a su trabajo. Al parecer, los sicarios la seguían en los dos camionetas y le dieron alcance a la altura del poblado de Los García, a unos 10 kilómetros de Meoqui. Allí, la obligaron a bajar de su coche y le descerrajaron al menos tres disparos sobre la cera. Sucedió en menos de dos minutos frente a una tienda de importaciones y no hay testigos.
García accedió al cargo el pasado 9 de octubre, fecha en la que se convirtió en la primera mujer policía de todo el país con 90 agentes bajo su mando. Anteriormente, fue fiscal federal en la ciudad de Delicias, en el mismo Estado. Era soltera, sin hijos y se convirtió en la primera mujer al frente de una policía municipal. Otras mujeres han seguido su ejemplo. Hace un mes, Marisol Valles García, una joven universitaria de 20 años, asumió la jefatura de la policía del municipio de Praxedis G. Guerrero, al este de Ciudad Juárez.
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